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lunes, 14 de octubre de 2013

LA ALHAMBRA DE SALOMÓN, de JOSÉ LUIS SERRANO

No soy yo muy dado a comentar libros de autores contemporáneos, y menos aun si los he conocido en persona. El caso es que el lunes pasado en la Semana de la Novela Histórica, el profesor José Luis Serrano nos presentó LA ALHAMBRA DE SALOMÓN y, a pesar de que he llevado unos días agotadores, la he devorado con sumo placer y tenía la necesidad de contarlo aquí.

La valentía de abordar un tema tan complejo como es la etapa medieval en España, mayor aún si hablamos de Al-Ándalus, hace doblemente meritorio lo que ha hecho Serrano en este proyecto. En cuanto a la documentación, me gusta mucho cómo la ha gestionado para que la obra no resultase tediosa en sus detalles ni farragosa en algunos aspectos (intuyo un gran esfuerzo por su parte en algunos párrafos descriptivos). La Alhambra como hilo conductor de la historia de los personajes es una opción altamente arriesgada y sugestiva. La propuesta de que su erección estuviese en origen fundamentada sobre las intenciones de un judío de refundar una nueva Israel son altamente osadas, pero no deja de ser una propuesta inteligente por las connotaciones sociales, jerárquicas, políticas y religiosas que lleva implícitas. El argumento está muy bien razonado y entra dentro de la "ficción histórica" que todo autor debe desarrollar en el interior de una "novela histórica", esto es, desarrollar dentro del plano real (la biografía de Samuel Nagrela), otro verosímil y un tercer hilo que, pudiendo ser ficticio, no es descabellado y sí interesante y evocador: todo lo relacionado con Ilbia.
La verosimilitud de los personajes femeninos, principalmente Ilbia, me ha parecido magnífica en primer lugar como reivindicación del papel de la mujer en el medievo que, lejos de ser secundario, fue muy importante (al contrario que en la época clásica,donde sí que estuvo absolutamente relegada)incluso dentro del Islam (otra cosa es que no haya estado suficientemente reconocido en las fuentes que nos han llegado).
Por la página 391 merece el autor una vuelta al ruedo. Muy inteligente y sorpresiva la jugada. Y no digo más...
La novela olía bien, pero sabe mejor que huele y, desde luego, a mí me ha dejado con hambre de más.
La Alhambra de Salomón me ha recordado con sumo placer al Sinué el Egipcio de Waltari, más que nada por lo bien que fluye la narración y lo grata que es su lectura. Todo un lujo. La recomiendo vehementemente.

¡Enhorabuena y muchísimas gracias por regalarnos un texto tan delicioso!